jueves, 24 de julio de 2014

Primera casilla

Cuando los proyectos se te acumulan en la recámara, mientras los apuntes no dejan de agolparse en tu escritorio reclamando tu atención y diciendo: "¡Qué se nos pasa la pascua!", entonces te das cuenta de que tienes que dejar escapar la presión por algún lado. Tal como una olla exprés, buscas por dónde dejar salir tu vapor sin hacer daño a nadie, porque está que arde, pero es que no te lo puedes guardar, ¡te va a quemar tarde o temprano! 

Así que algún proyecto personal tiene que intentar salir del puerto de tu mente, para que se lleve consigo esa mala carga que es el estrés y puedas disfrutar de las mieles que te da la vida, ya que todos los días son provecho y todo mal es aprovechable. 

Incluso, podría pensar, que todo esto ha sido una buena carta de presentación para un perro viejo que no aprende trucos nuevos, como soy yo, con una forma de ser grabada en piedra, pero entiendo que lo que entre líneas se lanza al respetable, se pierde en la masa. 

Y es que soy otro de tantos del alegre sur de la piel de toro, aprendiz de filólogo clásico, aunque el mundo clásico es sólo otra galaxia de todo lo que compone mi universo. Me gustan tantas cosas que es más fácil intentar decir lo que no me gusta, pero puedo dar pinceladas al decir que me gustan los videojuegos, la cocina, la música, las etimologías, la verdad detrás de los mitos y leyendas, viajar y... todo eso. 

Al final todo esto resulta ser un sitio dónde dejar caer idas y venidas de mi ideas, soltar alguna opinión sobre un tema cualquiera, mostrar algo que haya cocinado o algún juego jugado. A veces, incluso, hablar de series o música. 

Bueno, resumo: un blog, ¡bienvenidos a 2008!